Todos tenemos sueños, como los tuvo San José. Lo que pasa que sus sueños eran el canal de comunicación directa de Dios con él para hablarle al corazón. Son sueños que han tenido muchos santos. Dios también habla en los sueños. Y todo para abrir nuevos horizontes y caminos a recorrer. Siempre para nuestro bien, aunque el mensaje recibido sea duro y suponga un cambio de vida radical, Dios habla, actúa y busca lo mejor para cada uno de sus hijos. Por eso, en este día de San José Carpintero, es bueno que pongamos la mirada en otro tipo de sueños, los que tiene San José desde el cielo.

 

Una cosa muy distinta es soñar con un ángel que le pide ser el esposo de María y padre de Jesús, huir a Egipto, volver de Egipto y tener cuidado del lugar donde se van a asentar, y otra muy distinta es mirar lo que ocurre en la tierra y soñar con su Esposa y su Hijo lo que todo padre desea y sueña, que su hijo se conocido y querido por todos.

 

No se lo he preguntado nunca a San José en los coloquios espirituales que tenemos los dos, pero cuando uno hace adoración unido al santo patriarca, soñamos con que su Hijo pueda ser adorado en todo lugar. Cuantos más rincones tengan la presencia viva de su Hijo, mejor. Este sueño que comparto con San José se va haciendo realidad según crecen las capillas de adoración perpetua. Este sueño es el que tienen muchos que fundamentan su vida en la adoración de Jesús Eucaristía. Es un sueño porque se ve como algo lejano, que carece de fundamento, con pocas probabilidades de realizarse, pero si está en los planes de Dios, todo sueño se hace realidad. Lo que pasa es que cuando ocurre en lugares totalmente inesperados y donde uno sabe que es casi imposible dadas las circunstancias de dicho lugar, es cuando no queda más que mirar al cielo y darse cuenta que San José sueña desde el cielo, y su sueño de corazón de padre se cumple.

 

Esto mismo ha ocurrido la tarde del pasado sábado, 27 de abril, fiesta de la Virgen de Montserrat, donde la ciudad de Gerona celebra el primer aniversario de la inauguración de la capilla de adoración perpetua. El año pasado llovía y no se pudo salir en procesión. Este año sí ha salido el Hijo del Carpintero por las calles de Gerona. Todo estaba preparado para que el Hijo de San José y de la Madre de la montaña santa de Montserrat fuese alabado, adorado y amado por los fieles de Gerona.

 

La tarde del sábado avanza, llegan las 6 de la tarde y el templo expiatorio del Sagrado Corazón se va llenando de adoradores. Cuando uno entra en esta iglesia y se encuentra con Jesús Eucaristía, se llena de una paz especial que lo invade del todo según pasa el tiempo en silencio adorador. Media hora más tarde comienza la celebración de la santa misa con solemne procesión de entrada. Todo ayuda a lo largo de la celebración a dar gloria y honra a Dios haciendo vida el evangelio del día, el del V domingo de Pascua: estar unidos a la Vid verdadera y dar fruto. Eso es lo que ha sucedido a lo largo del año hasta cumplirse el primer aniversario, hora a hora, día a día, semana a semana, mes a mes, hasta llegar al 27-4-2024. ¡Un año completo donde Jesús Eucaristía ha sido adorado todas las horas del día!

 

Terminada la misa se prepara la procesión: cruz, ciriales, fieles, incienso, custodia portada en andas y llevada bajo palio, sacerdotes y coro. Las calles cercanas se llenan de vida al paso de Jesús Eucaristía que recorre plazas, calles y puentes; de fondo se ve el casco histórico con la catedral en lo alto. Todo ayuda a poner la mirada del corazón en el que tanto nos ama. Los cantos facilitan la adoración al Hijo del Carpintero y de la Madre de Montserrat. La gente se sorprende ante lo que sus ojos ven. Muchos observan el paso de la procesión desde las terrazas de los bares, algunos se suman, otros miran con un rostro que muestra a las claras que es la primera vez que se encuentran con el Resucitado cara a cara. Para todos sale a pie de calle, pero sobre todo para aquellos que no lo conocen; se quieren hacer el encontradizo. Muy pocos se arrodillan al paso de Jesús Eucaristía y también los hay que ni siquiera se giran cuando pasa a sus espaldas…

 

¡El Hijo del Carpintero pasea por las calles! ¡Bendice! ¡Ama! ¡Derrama gracias! ¡Se deja mirar! ¡Va a hombros! ¡Es alabado! ¡Ensalzado! ¡Y adorado! ¡Quiere que todos le amen! El puente de piedra que une “las dos Geronas”, la antigua y la nueva, pocas veces ha tenido una visita tan singular y transcendental…

 

Todo termina en la escalinata del templo del Sagrado Corazón. Un altar espera a Jesús Eucaristía para dar la bendición a todos los presentes que de rodillas acogen en sus corazones al Amor de los amores. Cantos, silencio y al final la bendición. ¡Gloria a Dios! No llueve agua, sino bendiciones de gracia, de vida, de esperanza, de sueños, de poder dar gracias al que desde el cielo ha soñado desde hace mucho tiempo con este día; el mismo que ha puesto este sueño en los sacerdotes y fieles que dan vida a la iglesia del Sagrado Corazón de Gerona. Hablamos de San José, el Carpintero, el que nos ayuda a vivir en adoración, silencio y trabajo, unidos a María y a su Hijo.

 

Por eso, tras una tarde como la vivida en Gerona el pasado sábado, no queda más que celebrar esta fiesta de San José del 1 de mayo uniéndonos al Santo Patriarca, tomados de la mano de María, para dar gloria a su Hijo y ser felices, muy felices, al ¡soñar unidos al Carpintero!

 

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