"Molecular Genetics & Genomic Medicine" se vio afectada por una dimisión masiva de los miembros de su junta directiva tras publicar artículos sobre tibetanos y uigures.
Molecular Genetics & Genomic Medicine es una revista académica seria publicada por una editorial seria, Wiley. Resulta aún más sorprendente que, como informó The Intercept a principios de este mes, ocho miembros de su consejo (de 25) dimitieran por cuestiones éticas.
Los artículos que desencadenaron los acontecimientos forman parte de algo llamado "genética forense", un campo controvertido en el que los investigadores suelen cooperar con la policía del Partido Comunista Chino. Molecular Genetics & Genomic Medicine publicó varios artículos de investigadores chinos en los que se hablaba de las características genéticas de las poblaciones chinas, como la mayoría Han, los musulmanes Hui, los mongoles, los tibetanos y los uigures.
En marzo de 2021, el científico belga Yves Moreau escribió a Wiley señalando que, desde su fundación en 2013, la revista sólo había publicado dos estudios de genética forense de poblaciones de fuera de China, lo que sugiere que las instituciones chinas la habían identificado como una publicación en la que sus estudios no encontrarían objeciones.
China lleva mucho tiempo persiguiendo el sueño de recoger muestras de ADN de todos sus 700 millones de hombres, lo que mejoraría enormemente su capacidad de vigilancia. Identificar a todos los familiares de los ciudadanos "antisociales" es otro de los objetivos de la política de ADN.
Científicos de todo el mundo han expresado su preocupación por la posibilidad de que la identificación de los ciudadanos de origen uigur, tibetano o mongol se utilice con fines racistas, señalándolos para una mayor vigilancia policial. También se ha sugerido la posibilidad mucho más siniestra de extraer órganos de individuos con un determinado ADN.
Los que se oponen a la publicación de artículos sobre genética forense china en Molecular Genetics & Genomic Medicine señalan que varios trabajos identifican explícitamente a organismos policiales que han cooperado con la investigación, incluida la temida Oficina de Seguridad Pública del Tíbet.
No es la primera vez que Wiley se mete en problemas con científicos que denuncian su cooperación con el Partido Comunista Chino (PCC). El editor de la revista Annal of Human Genetics de Wiley dimitió el año pasado después de que la editorial se negara a publicar un llamamiento en el que científicos de alto nivel pedían un boicot a la investigación genética procedente de China.
Wiley respondió entonces que tiene una oficina en China, que sirve a un lucrativo mercado científico chino, y que publicar el llamamiento crearía problemas allí.
Otras editoriales científicas han sido acusadas de forma similar de censurar las críticas a China y de publicar investigaciones chinas cuya situación ética es muy cuestionable.