Hace unos meses publiqué un artículo cuyo título era «En España hay miedo», miedo que afecta de modo muy importante a nuestra clase política, obligada a escoger entre la disciplina de Partido y su conciencia, pero también a la población en general, forzada al silencio por temor a unas sanciones muy severas si tenía la osadía de abrir la boca. San Juan Pablo II decía: «Reivindicar el derecho al aborto, al infanticidio, a la eutanasia, y reconocerlo legalmente, significa atribuir a la libertad humana un significado perverso e inicuo: el de un poder absoluto sobre los demás y contra los demás. Pero ésta es la muerte de la verdadera libertad» (Encíclica «Evangelium Vitae» nº 20). Pero así sucede.
Las leyes más inicuas y liberticidas, aprobadas por todos los Partidos con representación parlamentaria, salvo el diputado de UPN, han sido las leyes sobre el aborto y la perspectiva de género, es decir las leyes basadas en la ideología de género.
En teoría estas leyes tratan de impedir el maltrato y asesinato de las mujeres por sus compañeros sentimentales, objetivo ciertamente bueno y que no puede sino contar con la aprobación de las personas decentes. Entonces, ¿por qué llamo malvadas a estas leyes?
Aparte de la Ley Nacional sobre Violencia de Género, en la mayor parte de las Comunidades Autónomas hay leyes en favor de la Ideología de Género. Lo que se consigue con este tipo de leyes, sea cual sea su intención, es incrementar el número de víctimas. Como me explicó una fiscal: «Un efecto de estas leyes es que el marido que se ve expulsado de su casa por una denuncia de su mujer verdadera o falsa, porque eso no importa, se encuentra en la calle, muchas veces sin dinero y pasándolo horrible. Un día, que tiene dos copas de más, piensa: Ésta me la paga. Y va a por ella». Además es una barbaridad jurídica que sea el acusado quien tenga que demostrar su inocencia y no quien le acusa de la verdad de sus afirmaciones.
Que estas leyes son un disparate nos lo acaba de demostrar recientemente nada menos que el Tribunal Supremo que ha dictado una sentencia que de jurídica no tiene nada. Una pareja se zurró de lo lindo. El combate terminó más o menos en match nulo. El Supremo ha impuesto al hombre una pena doble que a la mujer, olvidándose del artículo 7 de la Declaración de Derechos Humanos: «Todos son iguales ante la Ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la Ley».
Y ahora pregunto: ¿por qué no se publican estadísticas de los varones asesinados por sus compañeras sentimentales? Porque mientras se publicaron las estadísticas, la proporción era más o menos de dos a uno. Pero decir esto o publicar las estadísticas de homosexuales asesinados por su pareja no es políticamente correcto, aunque a veces hay filtraciones por las que uno se entera.
Pero en España acaba de suceder un acontecimiento que ha trastocado todo el tablero político: las elecciones andaluzas del 2 de Diciembre. La irrupción de VOX ha hecho que temas que antes eran tabú, como las leyes que acabo de citar, estén hoy en día en todas las bocas y se tenga que hablar de ellasen los medios de comunicación y en las conversaciones normales. El propio Serrano, cabeza de lista de Vox en Andalucía, ha sido una de las víctimas de la Ideología de Género que le expulsó de Juez durante siete años, hasta que fue rehabilitado. Afortunadamente se han empezado a decir cosas que no eran del todo desconocidas, pero de las que mucha gente no se atrevía a hablar por miedo.
Pero además los defensores de la Ideología de Género han cometido algunos errores madornales. Media España ha visto en televisión a la Vicepresidenta del Gobierno decir que en caso de que una mujer acuse a su compañero sentimental de maltrato hay que creerla «sí o sí». Además si la acusación se realiza en fin de semana el varón pasa un par de días en el calabozo, porque hasta el lunes no le toman declaración.
Otro gran error ha sido lo sucedido en Navarra donde el Gobierno Regional ha pretendido imponer un programa de educación afectivo sexual o por hablar más propiamente de corrupción, llamado Skolae, que abarca todas las etapas escolares, empezando por los niños de 0-6 años a fin que tengan «vivencias sexuales a través de juegos eróticos infantiles», lo que ha provocado una oleada de protestas.
En algún artículo anterior me referí a los derechos humanos violados por estas leyes, como el obligado adoctrinamiento en las escuelas de la Ideología de Género, como ha sucedido con un Colegio de Alcorcón. Menos mal que en esta ocasión la Justicia ha dado la razón al Colegio frente a la Comunidad Autónoma de Madrid o la prohibición a los homosexuales de intentar salir de la homosexualidad, con unos multazos tremendos a los médicos que intenten ayudarles, como sucede en Madrid y Andalucía.
Claro está que no somos los únicos idiotas. El 4 de Febrero del 2014, el Parlamento europeo aprobó por amplia mayoría el informe Lunacek, una hoja de ruta para acabar con la discriminación por orientación sexual o identidad de género o sexual. Pero ¿quién es Lunacek? Ulrike Lunacek, la educadora sexual de Europa, define la pederastia como educación afectivo-sexual interactiva y libre de tabúes. Como se suele decir: sin comentarios.
Por todo lo dicho está claro que Ideología de Género e Iglesia Católica son incompatibles, como han declarado en múltiples ocasiones los últimos Papas.