Hace varios años atrás en Chile se llevó a cabo en los colegios un programa de educación sexual llamado JOCAS (jornadas de conversación sobre afectividad y sexualidad o también conocidos como Eventos de Pedagogía Social). Yo estuve en uno de ellos en un liceo municipal de nuestra región. Asistí como invitado, pero de incógnito. Aquél día quedé muy sorprendido del programa porque en ningún momento se habló de afecto, respeto por el otro o por sí mismo, solo se abordó el tema del cómo conseguir gratuitamente condones y pastillas anticonceptivas; como obtenerlas en los consultorios y como usar los preservativos… Fue decepcionante. Resultados nunca se dieron, pero los estudios de evaluación habrían arrojado cifras negativas para aquel gobierno, pues aumentaron los embarazos juveniles en los liceos (¡!).
No obstante aquello hace pocos días en un canal de televisión de nuestro país anunciaban con toda pompa un nuevo programa -financiando nuevamente con dineros estatales de todos los chilenos- que disponía de dispensadores de condones en dos liceos públicos de la capital de nuestro país. Es decir, no hemos aprendido nada, seguimos tratando al ser humano como una cosa que se usa y luego de deshecha.
Lo más grave de la situación es que en la última propaganda preventiva de los condones, decían que el VIH no se pegaba… Pero la realidad es que como sacerdote he atendido jóvenes que -empujados a la promiscuidad por esas publicidades-, se han contagiado con el virus y sólo se han enterado una vez que han presentado los síntomas.
Me parece de absoluta irresponsabilidad presentar este programa sin al menos una previa educación que estimule el valor de la persona y en su lugar sitúen a los estudiantes como cosa, una brutalidad al no ayudar a los jóvenes a tomar responsabilidad de su propia sexualidad, pero en integridad.
Muchos jóvenes me han dicho que habiendo usado preservativos estos se han roto y sus parejas han quedado embarazadas.
Chile hoy tiene cerca de diecisiete millones doscientos mil habitantes de los cuales un porcentaje muy alto de ellos superara los 60 años. Grupo que en un poco tiempo más superará al de los jóvenes de quince, es decir nos estamos envejeciendo. Así lo confirma la campaña de una de las candidatas a la presidencia de la República que dirige su mensaje a los adultos mayores prometiendo aumentar las pensiones, porque ese grupo es sensible al tema político y es el que vota, y son los que históricamente han participado siempre en las elecciones. Las familias de clase media solo están teniendo un hijo, máximo tres. Sólo en los sectores más vulnerables nacen muchos niños pues la población es más permeable a este tipo de propaganda donde se les insta a tener sexo sin responsabilidad ni compromiso, por esa razón no me extraña que la campaña de preservativos gratuitos se este dando en los colegios públicos.
Uno de los problemas de estas campañas es que no son cien por ciento reales sus argumentos, como por ejemplo la píldora del día después que solo tiene una efectividad del 83%.
PREGUNTO: ¿Qué pasa con el 17% restante… si no es efectiva y sus usuarios no quieren tener hijos? ¿Aborto?...
PREGUNTO NUEVAMENTE: ¿Por qué no educamos en valores a los jóvenes? ¿Por qué tanta resistencia al tema si eso nos sale hasta menos costoso? ¿Quiénes se benefician económicamente con este gigantesco negocio de anticonceptivos y preservativos? Sería interesante saber cuáles son los nombres de estas industrias y además su procedencia y vínculos.
Los latinoamericanos como todos los países en vías de desarrollo, pasamos a ser un subproducto de un sistema anti-humano, materialista e individualista, promovido por las empresas globales que han hecho de nosotros una mercadería. No es de extrañar entonces ver en los medios de comunicación social tanta propaganda que exacerba el yo y tampoco es raro ver a tanta gente que vive sin sentido con una tremenda vaciedad interior que conmueve. ¡Tanta soledad y abandono!.. ¡Tanta necesidad de afecto!
El culto al individualismo, el otro como un objeto. ¡Qué distinto al mensaje de Jesús!: El otro es mi prójimo, es mi hermano, en él está la dignidad puesta por Dios cuando lo creó y le puso su aliento, es decir Su Espíritu.
El otro es una invitación a salir de mí para ir al encuentro del nosotros. No es extraño ver en nuestras ciudades tantas personas confundidas y jóvenes que buscan sentido entre la droga y el alcohol, buscando experiencias límites que muchas veces terminan en muerte y desolación no solo para ellos, sino que para sus familias.
Cuando los jóvenes se encuentran con Jesús sus vidas recobran sentido y florecen dando frutos de vida y colaborando en la transformación de su entorno. Los jóvenes vistos así son admirables en su vigor, en su fuerza, en su compromiso cuando lo asumen.
Algunos se sentirán incómodos con mis palabras. Quizás porque se les ha domesticado a que decir la verdad es ser imprudente, mentir es ser “atinado”; ser honesto es ser “tonto”, ser ladrón es ser “astuto”; un hombre que es fiel a su esposa es “macabeo”, un joven que ama a sus padres es “mamón”, otro que es inteligente y responsable es “perno”… El mundo al revés.
En algún tiempo de la historia se cuestionó si los esclavos tenían alma y Hitler desconoció la humanidad de los judíos y hoy se cuestiona si los niños que están en el vientre de sus madres son seres humanos. Y como guinda del postre hoy nos han convertido en objetos de consumo. Somos cosas y nos han encadenado a nuestro ego y se han llevado las llaves de la libertad pues niegan a Cristo, la única llave que nos puede sacar de esas prisiones, antesalas del infierno.
Dios tenga misericordia de nosotros, nos muestre su rostro y nos regale su paz. María Santísima nos ampare y nos acompañe hasta el encuentro con su Hijo Jesús. Bendiciones y un abrazo fraterno, unidos en la oración. Dios nos sigue amando y nos amará siempre.
Dios tenga misericordia de nosotros, nos muestre su rostro y nos regale su paz. María Santísima nos ampare y nos acompañe hasta el encuentro con su Hijo Jesús. Bendiciones y un abrazo fraterno, unidos en la oración. Dios nos sigue amando y nos amará siempre.