Se celebró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Todos estamos de acuerdo en que debemos respetarlos y a ayudarlos en su desarrollo, pero ¿estamos dispuestos a aprender de ellos?
1. Celebrando a los pueblos indígenas. El pasado día 9 de agosto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemoró el Día Internacional de estos pueblos. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dio un mensaje con motivo de esta conmemoración y exhortó a los Gobiernos a “mejorar el acceso a la educación para los pueblos indígenas” y les pidió “que reflejen las experiencias y la cultura de esos pueblos en los lugares de aprendizaje”.
El Papa Francisco se unió a esta celebración y expresó a través de su cuenta en Twitter una petición de que los pueblos indígenas sean respetados, “ya que están amenazados en su identidad y hasta en su misma existencia”. (@Pontifex_es, 9 ago. 2016)
2. Una nueva visión de los indígenas. No es la primera vez que Francisco defiende a los Pueblos indígenas. Además, el Papa ha ido más allá de una mera solidaridad hacia ellos, pues los considera como quienes “tienen mucho que enseñarnos, que enseñar a la humanidad”.
De esta manera el Pontífice desafía varios prejuicios modernos. Algunos de ellos, referentes al medio ambiente, pues la mentalidad industrializadora –a nombre del progreso– considera tanto que se puede romper la armonía de la naturaleza como que los pueblos que viven en contacto con ella están condenados al subdesarrollo.
Por eso, en su visita a México, Francisco para defender el medio ambiente, pidió que aprendamos de estos pueblos, pues ellos “saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como “fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano”. (Homilía, 15 feb. 2016).
3. De la exclusión a la interculturalidad. La relación de los pueblos indígenas latinoamericanos con los Estados dentro de los cuales viven es complicada, porque estos pueblos tienen una cultura y lenguas propias, pero a la vez pertenecen a naciones consolidadas, en las que viven.
Las soluciones que muchas veces se proponen son poco integradoras: desde el exterminio cultural hasta el aislamiento territorial. El Santo Padre propone una vía de armonía, en la que la pluralidad no rompa la unidad.
Así, en Bolivia, Francisco animó al movimiento indígena latinoamericano a “buscar la conjunción de sus pueblos y culturas”. A esa conjunción el Papa la llamó “poliedro”: “una forma de convivencia donde las partes conservan su identidad construyendo juntas una pluralidad que no atenta, sino que fortalece la unidad”. (Discurso, 9 jul. 2015)
Para el Papa ese “poliedro” es la clave para que en un mismo territorio vivan juntas dos culturas, sin dar lugar a la ruptura territorial. Por eso, según Francisco, la “búsqueda de esa interculturalidad que combina la reafirmación de los derechos de los pueblos originarios con el respeto a la integridad territorial de los Estados nos enriquece y nos fortalece a todos”. (Ibídem)
El fenómeno de la globalización ha conllevado serios problemas como el daño ecológico causado por una explotación frenética de los recursos naturales de los países pobres, y como la difícil integración de las culturas indígenas en las sociedades modernas.
El Papa Francisco ha dado un paso adelante al reconocer el importante papel que deben jugar los pueblos indígenas en la cultura contemporánea y al ponerlos como modelo de respeto a la “casa común” y de integración cultural. Tenemos pues mucho que aprender de ellos.
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com
1. Celebrando a los pueblos indígenas. El pasado día 9 de agosto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemoró el Día Internacional de estos pueblos. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dio un mensaje con motivo de esta conmemoración y exhortó a los Gobiernos a “mejorar el acceso a la educación para los pueblos indígenas” y les pidió “que reflejen las experiencias y la cultura de esos pueblos en los lugares de aprendizaje”.
El Papa Francisco se unió a esta celebración y expresó a través de su cuenta en Twitter una petición de que los pueblos indígenas sean respetados, “ya que están amenazados en su identidad y hasta en su misma existencia”. (@Pontifex_es, 9 ago. 2016)
2. Una nueva visión de los indígenas. No es la primera vez que Francisco defiende a los Pueblos indígenas. Además, el Papa ha ido más allá de una mera solidaridad hacia ellos, pues los considera como quienes “tienen mucho que enseñarnos, que enseñar a la humanidad”.
De esta manera el Pontífice desafía varios prejuicios modernos. Algunos de ellos, referentes al medio ambiente, pues la mentalidad industrializadora –a nombre del progreso– considera tanto que se puede romper la armonía de la naturaleza como que los pueblos que viven en contacto con ella están condenados al subdesarrollo.
Por eso, en su visita a México, Francisco para defender el medio ambiente, pidió que aprendamos de estos pueblos, pues ellos “saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como “fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano”. (Homilía, 15 feb. 2016).
3. De la exclusión a la interculturalidad. La relación de los pueblos indígenas latinoamericanos con los Estados dentro de los cuales viven es complicada, porque estos pueblos tienen una cultura y lenguas propias, pero a la vez pertenecen a naciones consolidadas, en las que viven.
Las soluciones que muchas veces se proponen son poco integradoras: desde el exterminio cultural hasta el aislamiento territorial. El Santo Padre propone una vía de armonía, en la que la pluralidad no rompa la unidad.
Así, en Bolivia, Francisco animó al movimiento indígena latinoamericano a “buscar la conjunción de sus pueblos y culturas”. A esa conjunción el Papa la llamó “poliedro”: “una forma de convivencia donde las partes conservan su identidad construyendo juntas una pluralidad que no atenta, sino que fortalece la unidad”. (Discurso, 9 jul. 2015)
Para el Papa ese “poliedro” es la clave para que en un mismo territorio vivan juntas dos culturas, sin dar lugar a la ruptura territorial. Por eso, según Francisco, la “búsqueda de esa interculturalidad que combina la reafirmación de los derechos de los pueblos originarios con el respeto a la integridad territorial de los Estados nos enriquece y nos fortalece a todos”. (Ibídem)
El fenómeno de la globalización ha conllevado serios problemas como el daño ecológico causado por una explotación frenética de los recursos naturales de los países pobres, y como la difícil integración de las culturas indígenas en las sociedades modernas.
El Papa Francisco ha dado un paso adelante al reconocer el importante papel que deben jugar los pueblos indígenas en la cultura contemporánea y al ponerlos como modelo de respeto a la “casa común” y de integración cultural. Tenemos pues mucho que aprender de ellos.
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