Con motivo de los 65 años de sacerdocio de Benedicto XVI, volvieron a los medios algunas polémicas ya superadas, como si el Papa emérito hubiera sido encerrado contra su voluntad en un monasterio. ¿Es válida la renuncia del Papa Ratzinger? ¿Hay dos Papas en la Iglesia?
1. El “complot” contra Benedicto. El pasado 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, fue el 65º aniversario de la ordenación sacerdotal de Joseph Ratzinger. Y en este marco vale la pena recordar cómo surgió el cliché de una supuesta usurpación en el papado.
Cuando el Papa alemán se despidió de los fieles, en su última audiencia (27 feb. 2013), explicó que con su renuncia ya no tenía potestad; en cambio, “en el servicio de la oración permanezco, por así decirlo, en el recinto de San Pedro”.
Justamente estas palabras sobre su voluntad de permanecer “en el recinto de San Pedro” provocaron que algunos lanzaran hipótesis sobre la renuncia: que no había sido verdaderamente libre y, por lo tanto, no era válida; de modo que la sede apostólica hoy estaría vacante.
El periodista Andrea Tornielli le preguntó por escrito sobre estas interpretaciones de su renuncia, y Benedicto XVI le envió esta respuesta: “No existe la menor duda sobre la validez de mi renuncia al ministerio petrino. Única condición de la validez es la plena libertad de la decisión. Las especulaciones sobre la invalidez de la renuncia son simplemente absurdas.” (A. Tornielli, 25 feb. 2014)
2. Quiénes están detrás. Hay grupos que intentan tomar protagonismo, y que utilizan como pretexto tanto al Papa Francisco como a Benedicto. Son aquellos que manejan “esas confabulaciones complotistas sobre Benedicto ‘obligado’ a renunciar, por lo que todavía seguiría siendo el verdadero Papa, que siguen apasionando a grupúsculos pseudo-ratzingerianos cada vez más ‘sede-vacantistas’ y a sus corifeos.” (A. Tornielli, 29 jun. 2016)
Sobre esto, Francisco, en la reciente entrevista en el vuelo de regreso de Armenia, narró un anécdota que ilustra esta lealtad. “Escuché, contó Francisco, pero no sé si sea verdad, subrayo, quizás son habladurías, pero van bien con su carácter [el de Benedicto], que algunos fueron a verlo y a lamentarse por este nuevo Papa. Y los echó, con el mejor estilo bávaro, educado, pero los echó”.
3. Un único Papa. En unas declaraciones recientes del Prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gänswein, sugirió que había un ministerio petrino compartido, con un Papa activo y otro contemplativo. Esto dio pie a la pregunta en los medios sobre si hay dos pontífices.
Francisco mismo respondió a esa cuestión en la citada conferencia de prensa del avión. Afirmó categórico: “hay un solo Papa”. Y explicó que “quizás, como [sucede] con los obispos eméritos, podrá haber más [papas eméritos], dos o tres, pero son eméritos”. O sea, como sucede en las diócesis, que cuando los obispos que renuncian (por edad o por salud), dejan de tener jurisdicción. Y luego dijo con gran claridad que Benedicto “es el Papa emérito, no el segundo Papa”.
Al repasar estas polémicas, se nota que hay quienes desean contraponer a Francisco y a Benedicto, para justificar esas ideologías que dividen la Iglesia en dos bandos: uno tradicionalista y otro de ideas liberales.
Pero las imágenes de ambos durante el festejo de Benedicto desmienten que sean antagonista. Llevan una relación tan cercana, que Francisco considera que Benedicto “es un hombre de Dios, es muy inteligente y para mí es el abuelo sabio en casa.”
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com
1. El “complot” contra Benedicto. El pasado 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, fue el 65º aniversario de la ordenación sacerdotal de Joseph Ratzinger. Y en este marco vale la pena recordar cómo surgió el cliché de una supuesta usurpación en el papado.
Cuando el Papa alemán se despidió de los fieles, en su última audiencia (27 feb. 2013), explicó que con su renuncia ya no tenía potestad; en cambio, “en el servicio de la oración permanezco, por así decirlo, en el recinto de San Pedro”.
Justamente estas palabras sobre su voluntad de permanecer “en el recinto de San Pedro” provocaron que algunos lanzaran hipótesis sobre la renuncia: que no había sido verdaderamente libre y, por lo tanto, no era válida; de modo que la sede apostólica hoy estaría vacante.
El periodista Andrea Tornielli le preguntó por escrito sobre estas interpretaciones de su renuncia, y Benedicto XVI le envió esta respuesta: “No existe la menor duda sobre la validez de mi renuncia al ministerio petrino. Única condición de la validez es la plena libertad de la decisión. Las especulaciones sobre la invalidez de la renuncia son simplemente absurdas.” (A. Tornielli, 25 feb. 2014)
2. Quiénes están detrás. Hay grupos que intentan tomar protagonismo, y que utilizan como pretexto tanto al Papa Francisco como a Benedicto. Son aquellos que manejan “esas confabulaciones complotistas sobre Benedicto ‘obligado’ a renunciar, por lo que todavía seguiría siendo el verdadero Papa, que siguen apasionando a grupúsculos pseudo-ratzingerianos cada vez más ‘sede-vacantistas’ y a sus corifeos.” (A. Tornielli, 29 jun. 2016)
Sobre esto, Francisco, en la reciente entrevista en el vuelo de regreso de Armenia, narró un anécdota que ilustra esta lealtad. “Escuché, contó Francisco, pero no sé si sea verdad, subrayo, quizás son habladurías, pero van bien con su carácter [el de Benedicto], que algunos fueron a verlo y a lamentarse por este nuevo Papa. Y los echó, con el mejor estilo bávaro, educado, pero los echó”.
3. Un único Papa. En unas declaraciones recientes del Prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gänswein, sugirió que había un ministerio petrino compartido, con un Papa activo y otro contemplativo. Esto dio pie a la pregunta en los medios sobre si hay dos pontífices.
Francisco mismo respondió a esa cuestión en la citada conferencia de prensa del avión. Afirmó categórico: “hay un solo Papa”. Y explicó que “quizás, como [sucede] con los obispos eméritos, podrá haber más [papas eméritos], dos o tres, pero son eméritos”. O sea, como sucede en las diócesis, que cuando los obispos que renuncian (por edad o por salud), dejan de tener jurisdicción. Y luego dijo con gran claridad que Benedicto “es el Papa emérito, no el segundo Papa”.
Al repasar estas polémicas, se nota que hay quienes desean contraponer a Francisco y a Benedicto, para justificar esas ideologías que dividen la Iglesia en dos bandos: uno tradicionalista y otro de ideas liberales.
Pero las imágenes de ambos durante el festejo de Benedicto desmienten que sean antagonista. Llevan una relación tan cercana, que Francisco considera que Benedicto “es un hombre de Dios, es muy inteligente y para mí es el abuelo sabio en casa.”
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