Llama la atención que el debate sobre la inmigración haya entrado de lleno en la vida política y civil española.

La fotografía del niño sirio ahogado que dio la vuelta al mundo, cuenta una historia, lamentablemente real, que se ha convertido en un símbolo de la actual tragedia humana emigratoria hacía el Viejo Continente y que éste no vivía con tal virulencia desde hace casi un siglo, con las dos guerras mundiales. Sin embargo, no disponemos de imágenes semejantes de otras tragedias de nuestro tiempo, como las de los cristianos de Oriente Medio, que hemos visto y vivido y están viviendo en sus carnes miles y miles de personas sin imágenes como las de esa foto, incluso con mujeres violadas y vendidas como esclavas sexuales, hombres decapitados, niños que no han llegado a conocer a sus padres, padres que todavía no han recuperado los cadáveres de sus hijos y no han superado el dolor de sus pérdidas, familias que han quedado en la calle siendo su colchón el suelo y su manta el cielo, algunos, familiares míos. Todo esto por ser cristianos, defendiendo su fe y viviendo en un país de mayoría musulmana. Me atrevo a decir esto, porque lo he vivido muy de cerca y he visto muchos jóvenes familiares y amigos míos, morir en mis brazos.

Quiero olvidar todo lo que he visto y vivido, aunque sigo sufriendo cuando pienso en mi país “Irak”, mi familia, mis amigos y mis recuerdos, especialmente estos últimos años en que no pasa un día sin que haya víctimas y violencias y no hay ninguna señal de que vaya a finalizar esta agresión.

Me llama la atención que algunos medios de comunicación, comparen el éxodo sirio actual a Europa, con la emigración española a Alemania, Francia y Rusia después la guerra civil española. En realidad no hay paralelismo entre ambas. Los españoles emigraron a una sociedad y cultura parecidas, no tiene nada que ver con los sirios que vienen de una cultura y religión totalmente descintas, por ello la integración es complicada cuando no inviable por culpa de la diferente religión.

Porque el Islam, sin desmerecer la sinceridad de muchos de sus simpatizantes, además de Fe, es política. Y separar la Ley Islámica de la autoridad civil no resulta nada fácil. Hasta los mismos Derechos Humanos, encuentran problemas para ser aceptados. Precisamente por ese hecho, no hay que pensar en una secularización de los musulmanes en Europa. Porque entre otras cosas, el Islam pretende reglamentar nuestras costumbres cotidianas según marca la Ley Islámica. Como ejemplo claro, está el reciente video que circula en los redes sociales, que muestra el rechazo al grito de, Allah Akbar (grande), de alimentos de la Cruz Roja, por parte de los refugiados musulmanes sirios, por el hecho de que los paquetes contenían comida no “halal”, como se denomina en el rito islámico y llevaban la cruz impresa a pesar de las necesidades sobre dichos alimentos.

Es muy difícil integrar a los musulmanes en la sociedad Occidental, porque habitualmente ellos viven en comunidades cerradas (guetos), juntos, practicando sus costumbres, tradiciones y su religión y no están dispuestos al cambio, al contrario, quieren imponer sus costumbres tradiciones y su religión en las sociedades donde viven.

¿Quién cometió los crimines del 11S, 11M, 7J en Londres, los asesinatos de Paris etc.? Fueron hombres de origen árabe musulmán, europeos de segunda y tercera generación.

Un Imam musulmán, vinculado a ISIS, vive en Australia desde hace 19 años, todos estos años sin trabajar, sin pegar un palo al agua, sin oficio ni beneficio, viviendo gracias a la ayuda del gobierno australiano, tanto él como su mujer o sus mujeres y sus siete hijos. Este desagradecido, califica a Australia y los australianos como infieles, incrédulos e impío. Además exige al gobierno australiano aplicar la Ley Islámica, bajo amenaza de cometer atentados en el país…OJO todo ello, después de vivir 19 años gracias a esos “infieles” australianos.

Por todo ello me pregunto ¿Qué hacéis aquí a las puertas de Europa con estos “paganos, infieles cristianos” esperando la oportunidad de entrar, sin pedir permiso, sin llamar la puerta y pidiendo sus ayudas? ¿Por qué no vais a emigrar a los países árabes musulmanes “creyentes” que tienen vuestras costumbres y vuestra misma Fe, como los países del Golfo, podridos de dinero? A ver si os acogen. Lo dudo mucho.

Recientemente, con el problema del éxodo sirio masivo, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo convocó un congreso para estudiar y analizar el asunto. El Ministro del Interior kuwaití dijo claramente que su país no aceptaría a ningún emigrante sirio, porque los sirios han vivido una guerra muy cruel, están muy afectados psicológicamente, son muy violentos y pueden contaminar a su patria. El Ministro de Interior saudí declaró, que su país está dispuesto aceptar un centenar de ellos, pero tienen que ser musulmanes suníes y vinculados a la tendencia religiosa wahabita y con la condición de ser examinarlos profundamente tanto psicológicamente como médicamente.

A propósito de esto, me gustaría, contar una experiencia personal que me paso en 1991, después de terminada la 1ª guerra del Golfo, en la que yo participé, fui de los primeros que entraron en Kuwait y entre los últimos y muy pocos que salieron con vida. En Abril 1991, un mes después de la derrota de Saddam Husein, en la Tormenta del Desierto, comenzó una rebelión religiosa chií muy violenta contra el régimen de Saddam. Esta rebelión empezó en mi ciudad de residencia: Basora. Los rebeldes musulmanes chiíes empezaron a destruir la ciudad, amenazando y matando a cristianos, algunos familiares míos y yo mismo fui secuestrado por ellos durante quince días y violentamente agredido, aunque milagrosamente logré escaparme malherido. Más tarde, el famoso “químico”, a la sazón primo de Saddam, organizó un ejército y fue persiguiendo a los casi diez mil rebeldes, hasta confinarlos en la frontera con Arabia Saudita. Enteradas las autoridades de Arabia, ésta envió otro ejército para impedir la entrada de estos rebeldes en su territorio. La masacre entre los dos ejércitos fue total, impidiendo Arabia la entrada de musulmanes a través de sus fronteras. Sin mayor extensión, esta vivencia no es relatada, sino que la viví en primera persona.

A sensu contrario, los “cristianos infieles europeos” ayudan, abrazan y abren sus puertas para los desplazados musulmanes sirios, sin embargo, los golfos del Golfo (saudíes, kuwaitíes, qataríes…etc.) podridos de dinero y presumiendo de su Fe islámica, no solo les rechazan y cierran las puertas en sus caras, sino que matan a sus hombres, compran a sus niñas, sus hijas y sus mujeres para el matrimonio de placer, propio de la cultura musulmana.

Se calcula que los desplazados que han llegado a Europa son unos 800.000, además otros 12 millones de sirios viven sin los servicios básicos de agua y desagüe por la guerra civil, asimismo otros 4 millones de iraquíes, un millón de libios y otro millón de otros países como Yemen, Afganistán, Pakistán, el norte de África etc., todos ellos a la expectativa de lo que ocurra con sus predecesores, esperando la oportunidad de marcharse de su país y exiliarse en Europa. Los centros de inteligencias occidentales afirman que, ISIS ha sustraído recientemente 5000 documentos de identidad tras asaltos a dos oficinas de expedición de pasaportes en Siria. Además, certifican que hay varios miles de personas vinculadas al grupo terrorista ISIS, infiltrados entre los actuales refugiados. La pregunta obligada es ¿Cómo se pueden distinguir?

Aprovechando estas situaciones, ciertas ONG y algunos políticos y presidentes de ayuntamientos, manejando estas circunstancias para fines propagandistas y electorales propios, incluso se trasladan a Hungría y Macedonia para traer consigo a centenares de emigrantes, dando la sensación de que la ciudad donde gobiernan les pertenece. Otros ciudadanos motivados por la emoción y la caridad, ofrecen sus casas para ayudar al prójimo. Las cosas no se hacen así, tomando decisiones apresuradas y sin organización, hay que pensar a quienes vamos a trasladar. Por lo menos hay que investigarlos, si metes en tu casa a cualquiera puedes llevarte un gran disgusto. Nuestra ciudad, país o continente es nuestra casa grande, hay que cuidarla y protegerla.

Los hombres y mujeres de religión islámica vienen aquí principalmente, huyendo de la guerra, del caos político y la dictadura social que sufren en sus países de origen. Por, la fuerte crisis económica y laboral que atraviesa la Unión Europea en la actualidad, no pueden ofrecer mejoría económica para estos inmigrantes. En el futuro, la mayoría de estos inmigrantes se van a encontrar perdidos, en la calle, sin oficio ni beneficio, con el gran problema añadido, del desconocimiento del idioma. Por otro lado, las mentes retorcidas aprovechan ese hecho, para controlar a estos inmigrantes en el Viejo Continente mediante una muy bien organizada y financiada red de imames. Estos líderes religiosos islámicos, conocidos como imames, pescan a los inmigrantes musulmanes y les ayudan económicamente, les dan comida y cobijo. Al mismo tiempo, sirven para radicalizarlos, les inculcan ideas e enseñanzas religiosas fanáticas contra todo el Occidente y sus gobernantes. En sus predicaciones, los imames inculpan al Occidente y a sus dirigentes, de todo el mal que sufren tanto los inmigrantes como sus países de origen, llamándolos cruzados. Así, consiguen formar grupos radicales islámicos dentro de la Unión Europea, para la gran “conquista islámica”.

Durante los últimos años, entre el terrorismo y la inmigración, el Islam en Europa se ha convertido en un tema muy polémico. Casi todos los países europeos han registrado un aumento muy significativo de su población musulmana durante estas últimas décadas, y, por tener costumbres y creencias bastante distanciadas de los valores modernos de Occidente, se ha convertido en la minoría más visible. Según encuestas recientes, la mayoría de los europeos siguen percibiendo al Islam como una religión fanática.

No vivimos en un mundo seguro, como habíamos esperado después de la caída del Muro de Berlín, no se ha abierto la etapa de paz, como algunos analistas habían pronosticado. Lo que ha aparecido detrás del muro, no es la paz sino un mundo que todo el Occidente había olvidado, el mundo del Islam y los radicales musulmanes, cuya ambición es paralela a la que tenían los Nazis, gobernar el mundo bajo la Ley Islámica y formar un estado islámico global bajo la autoridad de un Califa. El Islam no tiene más que una cara, que es la del odio a todo judío-cristiano y a la civilización occidental.

Las dispares respuestas de los europeos ante el espectacular flujo de migrantes pueden amenazar el espacio Schengen que permite la libre circulación en la Unión Europea.

Schengen es uno de los mayores éxitos de la Unión Europea. Esto tiene sus ventajas para el comercio y movimientos dentro del bloque, pero genera sus problemas para los países que quieren evitar que los inmigrantes atraviesen el continente y lleguen a su territorio sin pasar por ningún control más que el inicial, que de momento no es común. Si no llegamos a una repartición equitativa de los refugiados en Europa, entonces se replanteará el espacio Schengen, y no queremos eso.

El Islam es uno de los problemas mayores que tiene el mundo actual, uno de los principales peligros para la paz de nuestra época, especialmente para el Occidente. El Islam está fundamentado sobre la conquista militar. La historia del Islam, desde su nacimiento está atestada de violencia y guerra y se extendió por “el filo de la espada”, hasta el presente.

Para remediar el problema actual de la emigración en el Viejo Continente, se deben tomar medidas urgentes como las siguientes:

1- La verdadera solución sería tener una “Política Común de Asilo” pactada clara y anunciada que obligue a los Gobiernos y Comunidades en el Espacio Schengen. Si no llegamos a ello, los gobiernos van a quedar bajo la presión política de los populistas en los Estados miembros. También, disponer de un presupuesto al efecto, o en su defecto ¿de dónde recortamos?

2- Crear corredores y campamentos de tránsito donde se atribuya el estatuto de refugiado, a condición de que haya un acuerdo entre países sobre la repartición de estas personas, según un experto.

3- Investigar y examinar a todas estas personas médica y psicológicamente así como su historial civil, para evitar la entrada de personas vinculadas al terrorismo yijadista.

4- Efectuar un programa de integración diseñado por personas conocedoras del mundo árabe musulmán.

La verdad, es que es muy difícil integrar a personas muy apegadas a su cultura y religión sin el conocimiento exacto del Islam. Es tal el desconocimiento en Occidente del mundo árabe musulmán, que hay profundizar en su cultura disponiendo de asesores o consejeros fieles, capaces, preparados en religión, historia, teología, cultura e idioma, que no sean de raíces árabes musulmanes, porque ni el árabe, ni el musulmán traicionan a su patria o a su religión.

5- Y lo más importante y urgente, hacer un llamamiento a toda la comunidad internacional, desde los Estados Unidos de América, pasando por la ONU, el Consejo de Seguridad Internacional, la OTAN, la Unión Europea, la Liga Árabe, la Liga Islámica y el Vaticano. para formar un ejército de coalición internacional, como el que constituyó Bush padre en el año 1991 contra Saddam Hussein en Kuwait en la “Tormenta del desierto” y así atacar “ISIS” en Irak, Siria y Libia, acabando de una vez por todas con este grupo radical islámico incivilizado, con un ejército de tierra. Hasta ahora los ataques aéreos o los bombardeos se han mostrado, ineficaces. Irak, Siria y Libia tienen que ser la prioridad absoluta para la comunidad internacional, y no hay tiempo que perder.

Si las milicias de ISIS se mueven más rápido que la comunidad internacional a la hora de tomar decisiones, tenemos el riesgo de soportar un éxodo más grave aún que el actual.

6- Exigir a los imames de las mezquitas y los cabecillas de los musulmanes en el Viejo Continente con inspecciones por expertos, que condenen la violencia en sus predicaciones y sus discursos, de lo contrario y por Ley, someterlos a expulsión del Estado afectado.

Es cierto que el tema de la emigración o el éxodo sirio, que está viviendo el Viejo Continente, es un problema muy difícil de tratar y de muy compleja de solución. Con todo, no quiero dejar entender que yo estoy en contra o me niego a ayudar a los emigrantes sirios. Al contrario, quiero colaborar, como ex inmigrante, con experiencia suficiente y conocedor del mundo árabe musulmán, quería expresar mi opinión sobre este tema y buscar soluciones. Como iraquí de origen, orgulloso de pertenecer a una de las Iglesias cristianas orientales más antiguas del mundo (Iglesia oriental caldea), tenemos algo en común con la cultura Europea tradicionalmente cristiana. Por lo tanto, para los cristianos orientales, la integración es mucho más fácil que otras culturas y religiones sobre todo, las árabes musulmanas.


 
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