Hace unas semanas se difundió por las redes sociales el cartel anunciador de la visita a Madrid de un ciudadano colombiano llamado Andrés Tirado Pérez. Junto a su fotografía, ataviado con camisa de alzacuellos y las manos en actitud orante, se puede ver cómo es considerado "patriarca", "exorcista internacional" y presidente y fundador de la Iglesia Congregación Sacerdotal Internacional, una entidad supuestamente integrada por "católicos independientes".
En el cartel, junto con detallar la fecha de su presencia en la capital de España, aparece hasta un emblema heráldico que contribuye, con todo lo demás, a la confusión. Muchas personas pueden creer que están ante un verdadero obispo católico, y además dedicado de una forma especial al ministerio del exorcismo. Una confusión que desde hace tiempo se extendió de Colombia a Argentina, Ecuador y Paraguay y, ahora, también a Europa.
El aprovechamiento de un vacío comunicativo
Tirado (arriba con una puesta en escena cual si fuese un obispo católico) suma decenas de miles de seguidores en sus redes sociales, y los medios de comunicación han contribuido a darle visibilidad. En una temática tan delicada y compleja como es la de la acción extraordinaria del demonio y la lucha de la Iglesia contra ella mediante el ministerio del exorcismo, es poco habitual que los expertos católicos participen en entrevistas, reportajes y programas, dada la frecuente superficialidad –e incluso sensacionalismo– con la que se aborda.
Por eso hay personas que aprovechan la ocasión para presentarse ante los medios como exorcistas y ministros de la liberación espiritual, normalmente imitando el ritual y los ornamentos católicos, aunque casi siempre sean ajenos a la comunidad eclesial. A veces han formado sus propias sectas para actuar como una especie de "iglesia alternativa", usurpando nombres y títulos, y llevando a la confusión a mucha gente.
Andrés Tirado Pérez lleva más de una década protagonizando portadas y noticias. Primero en Colombia, su país natal. Y después en otros países. Veamos algunos titulares que muestran su popularidad: "El cura exorcista" (Kienyke, Colombia, 2011), "Las historias paranormales de un sacerdote exorcista colombiano" (El Tiempo, Colombia, 2019), "Arzobispo colombiano advierte un aumento de ‘pactos satánicos’ con retos de redes sociales" (24 Horas, Chile, 2022).
¿Quién es Andrés Tirado?
Tirado asegura que en la década de los 90 pasó por algunas congregaciones religiosas y un seminario diocesano, pero en el año 2000 ingresó en la Iglesia Católica Apostólica Antigua –uno de tantos grupos cismáticos presentes en América Latina–, donde habría sido consagrado "obispo". En otros lugares identifica esa secta a la que perteneció inicialmente como la Iglesia Misioneros Veteros de Nuestra Señora de la Alegría. La supuesta "consagración episcopal" de Andrés Tirado tuvo lugar en 2013 en Costa Rica por el "arzobispo" salvadoreño Higinio Alas Gómez, un antiguo sacerdote católico que fundó la llamada Iglesia Comunidad de Comunidades Nuestra Señora de Guadalupe.
En sus textos autobiográficos afirma haberse incardinado en 2008 en la Iglesia Veterocatólica Americana de Denver (Colorado, EE.UU.) y, posteriormente, en la Iglesia Apostólica Primitiva Católica y Ortodoxa Rito-Sirio-Bizantino, de España, siendo nombrado vicario de la misma para Colombia. No satisfecho con este trayecto peculiar, fundó la ya citada Congregación Sacerdotal Internacional, legalizada en 2014, que lidera él mismo. Toda una suma de grupos que imitan el catolicismo u otras confesiones cristianas. Y en esa línea, ahora se presenta como "arzobispo" e incluso "patriarca".
No sólo dice dedicarse al exorcismo y la liberación, sino que entre sus presuntas aptitudes también están "sanación física, sanación espiritual, interior y psicológica, ayuda en progreso, prosperidad, restauración de hogares, medicina natural y consejería espiritual". Y ha fundado tanto una corporación sin ánimo de lucro llamada "Tu corazón y el mío para la humanidad", con fines sociales, como la Escuela en Alta Espiritualidad, dedicada a la formación, y la Asociación Internacional de Exorcistas Ecuménicos.
Afirma que tiene un doctorado "honoris causa" en Teología, pero habría sido emitido por un centro académico que depende de una falsa Iglesia Ortodoxa mexicana. Además, se presenta como licenciado en Parapsicología Aplicada. Reside en Bogotá, donde dice realizar sus exorcismos y liberaciones. En sus declaraciones a los medios de comunicación acostumbra a mezclar afirmaciones sobre posesiones demoníacas –y los consiguientes exorcismos– con otras sobre "espíritus desencarnados" que se apoderarían de los cuerpos de algunas personas.
Lo que cuenta en su "manual"
Andrés Tirado incluso ha publicado un libro titulado Cómo enfrentar al demonio y vencerlo, lo que contribuye a una imagen buscada de experto y referente en estos temas. Sin llegar a un centenar de páginas, su primera edición es del año 2007, y lo presenta como un "pequeño manuscrito teológico y vivencial". En él aparecen abundantes citas de la Biblia, de autores de la Historia de la Iglesia y del Magisterio católico –incluido el Catecismo–, lo que puede dar la impresión de alinearse con la fe cristiana y, en concreto, con los principios católicos sobre la demonología y el exorcismo.
Sin embargo, encontramos multitud de afirmaciones que contradicen lo que enseña la Iglesia católica, tomado de la revelación divina. Por ejemplo, dice que la posesión "es el objetivo final perseguido por las fuerzas del mal", cuando el verdadero propósito de los demonios con respecto a los seres humanos es su condenación eterna. También establece una diferencia entre demonios y "espíritus bajos" o "espíritus errantes", incorporando así conceptos que proceden del espiritismo y la parapsicología, y que no tienen nada que ver con la fe cristiana.
Al hablar sobre el ritual del exorcismo, lo entiende casi como un rito mágico con efectividad automática. El exorcista aparece como un vidente o sensitivo, una persona que es capaz de discernir la posible posesión de alguien a través de "la vibración" y "la fuerza que siente el exorcista cuando se inicia la liberación". Nada más alejado de lo que propone la Iglesia en su Ritual de exorcismos. Andrés Tirado se permite incluso ofrecer una lista de supuestos síntomas de posesiones para distinguir si la entidad presente es un "espíritu bajo" o un demonio.
¿Fe y oración? No: magia y brujería
Además, da otras instrucciones que no tienen apoyo alguno en la experiencia ni en las normas eclesiásticas, como cuando recomienda "que el estómago tenga algo de alimento para poder dificultarle la entrada al espíritu", o que el exorcista debe poner la mano en la cabeza del poseso "transmitiendo poder y fuerzas a la mente", o el uso de "oraciones de sellamiento y cierre del cuerpo" de la persona una vez liberada… Una serie de detalles más propios de un manual de magia y brujería que de un tratado serio (y cristiano) sobre el exorcismo.
Tirado proporciona en su libro una serie de oraciones y ritos que también se mueven en una peligrosa confusión. Es cierto que incluye antiguas plegarias de la Iglesia y otras de sacerdotes católicos contemporáneos, además de las oraciones que aparecen en el Ritual de exorcismos. Pero también recomienda hacer un ritual de "círculo de sal" que plasmaría de alguna forma desconocida la sangre de Cristo en el suelo (y cuya fuerza dependería de la concentración y la fe de la persona), o "cierres" de cuerpos y lugares.
Otro elemento que destaca en las propuestas oracionales del falso arzobispo colombiano es lo que tiene que ver con la búsqueda de "poder, éxito y prosperidad", que no se hace con una simple súplica confiada a Dios, sino en clave de "atracción" típica de la New Age (Nueva Era). Veámoslo: "Pido en el nombre de Jesús que toda la fuerza del universo esté en mí… Mi mente, mi espíritu, mi alma, mi aura… están cerrados, sellados, amarrados con la sangre preciosa del Cordero… Hago un círculo de protección con el fuego del Espíritu Santo… soy lleno de abundancia, salud, poder, éxito, prosperidad infinitamente, llega la riqueza espiritual y material". Esto es un conjuro mágico, no una oración.
Peligros a tener en cuenta
Nos encontramos ante un personaje nada recomendable que ha hecho de la imitación de lo católico su forma de vida. Al acercarse a él, a sus consultas y rituales hay, en primer lugar, un riesgo de entregar tiempo y dinero a una farsa. Por mucho que reivindique la legitimidad de su consagración episcopal –y del resto de títulos que ostenta–, estamos ante una sucesión de engaños. Por las consultas –de personas que acuden a él "para librarse de una enfermedad, una brujería o un demonio", decía un reportaje de 2011– cobra cantidades nada despreciables de dinero.
Efectivamente, quien traba contacto con el falso arzobispo colombiano también corre el peligro de acabar perteneciendo a su secta y, creyendo estar en un entorno verdaderamente católico, llevar adelante una visión distorsionada de la fe y de las prácticas cristianas. El peligro espiritual se multiplica cuando se trata de afrontar las cuestiones relativas al demonio con recursos errados, que siguen las líneas del esoterismo y de la magia, no de la fe en Dios.