Dócil y devota del Sagrado Corazón

"Ver a Dios y reencontrarme con mis hijas", es la esperanza de Adriana Navajas

02 de diciembre de 2016

Una mujer que te enciende el corazón, cuyo testimonio de fe invita a la conversión... y tiene más de ochenta años

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A sus 84 años la española Adriana Navajas transmite con sus palabras, actitud y gestualidad una alegría serena, que llena el alma. Ella misma aclara que su fuerza espiritual le  “viene de Dios”, porque… “qué mayor alegría que sentirse hija del Padre”, confirma sonriendo.
 
Cordobesa de nacimiento, nació y fue criada en el seno de una familia profundamente católica y presume de tener entre sus antepasados a un Obispo, monseñor Pedro María Cubero.
 
Cada año, el viernes posterior al segundo domingo de Pentecostés, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, Adriana está atenta a la procesión que la imagen de esta devoción inicia saliendo de la iglesia “Real Colegiata de San Hipólito” (Córdoba, España), dejando expuestos ante todos los siete dolores que por amor soporta….
 
Señor de los siete dolores
 
Adriana siempre ha sido muy devota del Corazón de Jesús, especialmente desde que perdió a dos de sus tres hijas en un accidente de tráfico hace más de veinte años… “Entonces me acogí a Dios y le pedí que me ayudara, porque yo sola no podía con ese peso”, recuerda entre lágrimas.
 
Pese a su dolor, jamás dejó de creer en Dios ni se rebeló contra Él. “Siempre he vivido dándole gracias, diariamente, por la gracia que me ha dado de creer profundamente en Él”, comenta a la revista de la Arquidiócesis de Sevilla.
 
Esta confianza plena en la existencia de Dios se consolidó además con los estudios de Teología, Liturgia y Sagradas Escrituras que Adriana desarrolló durante años en el actual Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Sevilla, ciudad en la que vive desde 1993.
 
Verlo a Él
 
Ahora, cuando la sabiduría en ella habla de sus años de intimidad  con Dios, dice que no pierde el tiempo. Asegura que es el momento en el que se siente más cerca de Dios y confiesa que “con más de 80 años lo único que pido, incluso lo ansío a veces, es que me lleve cuando quiera porque tengo un deseo grande de verlo a Él, y si quiere, reencontrarme con mis hijas”.
 
Hasta entonces, vive su fe en dos movimientos para personas mayores presentes en la Archidiócesis: Vida Ascendente y Almas Pequeñas. Además, Adriana es la organista en la Parroquia de Santa Cruz. “Ahí estoy yo cada domingo por la tarde y algunos días festivos”, comenta entre risas. Este servicio a la Iglesia se completa con su colaboración semanal para la revista de la Arquidiócesis, que lleva empaquetando más de dieciocho años.
 
Adriana Navajas es de esas mujeres que te encienden el corazón, cuyo testimonio de fe invita a la conversión y a poner –como ella- en manos del Sagrado Corazón de Jesús todo problema, sufrimiento y también las alegrías; un ejemplo de vida que anima a seguir a Dios, vigilantes.

 

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