Durante 35 años, John Barnes ha sido el organista y director de coro en la parroquia St. Peter the Fisherman (San Pedro Pescador) en Mountain Home (diócesis de Arkansas, U.S.A.).
Fue criado en la fe protestante y a instancias de su madre comenzó a tomar clases de piano cuando estaba en el primer año de colegio. Era apenas un niño. Luego, desde los 10 años de edad comenzó a tocar ese instrumento en el culto de su Iglesia. Pero con el paso del tiempo la Santísima Virgen María tendría un rol protagónico en la conversión de John al catolicismo… Este año su testimonio fue publicado por el periódico de la diócesis, Arkansas Catholic.
Hacia 1966, estando en la secundaria, John (hoy, en imagen a la izquierda) decidió tomar un nuevo desafío: lecciones para aprender a interpretar música en órgano. La primera vez que escuchó una transmisión de la misa del gallo animada por el coro y órgano de la catedral de San Patricio (NY), sintió un bienestar espiritual que no supo explicarse…Un par de años después, cuando finalizaba la década de los sesenta, casualmente se encontró viendo cierto día una película que tocó su alma al punto de llevarle hacia la fe católica. “Ver el filme La Canción de Bernadette me inspiró a descubrir la Iglesia Católica y eso es lo que hice. Me convertí con el acompañamiento del padre Lawrence Maus de la parroquia Saint Joseph en Center Ridge", recuerda.
La fe y el milagro
Estaba feliz, pero al poco andar, nada más cumplidos sus 18 años, un error inesperado causado por un tercero pondría a prueba su resistencia anímica y la fe recién conquistada. Al colocarle una inyección de penicilina, recuerda, dañaron el nervio radial y su brazo quedó paralítico. “No podía mover la mano durante casi dos años. Entré en la Iglesia a causa de la Virgen de Lourdes, me dije; entonces conseguí un poco de agua bendita de Lourdes pensando: «Bueno, ella me curará». No diré ni afirmaré que es un milagro, pero tras la segunda operación el médico no me daba ni una posibilidad entre un millón de mover de nuevo la mano. Entonces (tras aplicarse agua bendita) empecé a mover mi mano. Sus palabras exactas fueron: «Es un milagro de Dios». Yo (desde ese día) le doy el mérito de todo lo que pueda hacer a Dios".
Alabando el Santo Nombre de Dios
John ha cumplido con Dios y con la Virgen. A sus sesenta y cuatro años, agradece a Dios los 41 años de matrimonio que lleva junto a su esposa Linda, sus dos hijos y los dos nietos. Pero su pasión es servir a Dios tocando el órgano, dirigiendo el coro e intimando con Él a diario en la oración y vida sacramental…
“Leo la Oración del Cristiano, que es una versión para laicos de la Liturgia de las Horas. Rezo el rosario, voy a misa todos los días, adoro al buen Señor en el Santísimo Sacramento. Trato de tener una vida de oración profunda”, sincera John y ya para finalizar este testimonio nos confidencia que su himno preferido es “Holy God, We Praise Thy Name” (Santo Dios, alabamos tu Nombre) en su versión original, de idioma alemán (Großer Gott wir loben dich) que puedes disfrutar a continuación: