La gnosis no ha desaparecido nunca del ámbito del cristianismo, sino que ha convivido siempre con él; a veces bajo la forma de corrientes filosóficas, más a menudo con modalidades religiosas o pararreligiosas, con una decidida aunque a veces no declarada divergencia con lo que es esencialmente cristiano. Un ejemplo de esto puede verse en el Eneagrama.
Hace algunos años me invitaron a un congreso en la ciudad de Córdoba en Argentina, donde por primera vez me encontré con una tremenda sorpresa: El famoso Eneagrama. El expositor, un laico de Paraguay, de apellido Zarate, nos ayudó a ver el peligro de esta disciplina en relación con nuestra fe cristiana.
Curiosamente siempre he tenido acceso a libros con referencia al tema, a personas que lo usaban, pero nunca me surgió la curiosidad por usarlo conmigo mismo o con los vocacionales con los que trabajaba; Dios estuvo ahí. El expositor nos dijo: Muchos consagrados que lo han usado han dejado su vida religiosa. Recordé entonces que unas amigas religiosas lo practicaban en sus jornadas y, curiosamente, muchas de ellas se retiraron. Hasta ese momento no lo había pensado ni relacionado. Recuerdo que una candidata a laica consagrada se encontró con gente que lo enseñaba y le recomendaron que fuese a una jornada de Eneagrama por varios días; tampoco esta llegó a ser consagrada…
Sacerdotes conocidos, lo utilizaban mucho en sus trabajos pastorales; querían que todo el mundo lo conociera; los tres están hoy fuera del ministerio sacerdotal.
Pero no me sorprenden estos resultados, pues el mismo Oscar Ichazo dice: “En el Eneagrama, no hay lugar para Jesús, lo dije a unos sacerdotes y deberían estar atentos, porque no hay ningún Jesús que encontrar aquí” (Cfr. Tori De Angelis “Jesús was a 2” en Common Boundary, vol.13, nº 5, 1955, 55 – 59). Asimismo, buscando información para esta columna, me encontré con estas palabras del padre Mitchell Pacwa que confirman lo que he visto: “Ningún sacerdote de mi clase que aprendió las enseñanzas del Eneagrama, excepto yo, sigue siendo sacerdote, todos lo han dejado”.
Agrega el P. Mitch Pacwa, S.J. en su libro Catholics and the New Age, que “El Eneagrama es un sistema para clasificar los diferentes tipos de personalidades basado en la figura de un circulo con nueve puntos” (…) “A mí se me enseñó el Eneagrama en 1972 siendo un estudiante de teología en el seminario Jesuita, lo usábamos en nuestra vida espiritual y social. Poco a poco notábamos que estábamos tipificando incorrectamente a las personas y perdimos interés en continuar con este método. En los años 80 vi como la industria del Eneagrama se desarrollaba pero había muchas versiones contradictorias y por tanto decidí estudiarlo e investigarlo a profundidad. El Eneagrama es supuestamente la antigua sabiduría de los SUFIS, que tiene más de mil años pero los SUFIS son místicos musulmanes y no tienen tal antigüedad.”
Coincidentes con Pacwa, varios teólogos como Scott Hahn, Patrick Madrid, entre otros, lo consideran una de las amenazas más letales para la verdadera Fe Católica.
En otra arista de este tema, el psiquiatra Enrique Rojas en su libro “El Hombre Light” comenta: "En los últimos años ha empezado a triunfar el consumo psicológico, encaminado a cultivar cada vez más el narcisismo, los horóscopos, la quiromancia, la opinión del psiquiatra o del sicoanalista. Cada uno quiere saber cómo es la geometría de su personalidad, pero ello no suele acompañarse de un deseo de cambio, es decir conocerse mejor para rectificar, cambiar el rumbo y corregir errores de conducta. Es una nueva bohemia: Yoga, Meditación Trascendental, Zen, Terapias de Grupos, Expresión Corporal…como reafirmación de determinadas posturas y satisfacción personal. Todo esto suele estar teñido de filosofías orientales.”
La confusión entre los católicos se debe a que no conocemos bien nuestra fe ni la doctrina que la custodia. Hemos catequizado a un pueblo que no está evangelizado y muchas personas, incluyendo consagrados, no han tenido un encuentro profundo con el Señor, por lo tanto esa fe es como la semilla que cae entre piedras: brota, pero con el calor se muere, o como la que cae entre espinas que cuando crece, la ahoga. Son las preocupaciones de la vida: las debilidades, las ansias de poder, las insatisfacciones personales, el ego y otras tantas deficiencias nuestras las que nos llevan a la confusión.
Me pregunto: ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? ¡¡¡ Ha resucitado…!!!. ¿Por qué despreciar la maravillosa experiencia de los santos quienes han hecho un camino de encuentro con el Señor a través de la oración y la meditación cristiana que ha generado tanta santidad en la Iglesia? ¿Por qué buscar afuera lo que tenemos dentro?
La Gracia no es fruto de técnicas, es un regalo para todos los que estén dispuestos a amar a Dios y al prójimo, ese es el verdadero canal en el que sintonizamos con Dios, porque donde hay amor ahí esta Dios, dice san Juan en su primera carta. Dios no es energía ni se confunde con la materia. Dios es Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra y Cristo dijo a Felipe: “Quien me ve a mí, ve al Padre”, Él es el Ícono del Padre… y el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, recibe una misma adoración y gloria.
No me gustan las disciplinas que rotulan a las personas porque no fuimos hechos en serie y así lo confirman nuestras huellas digitales y nuestros ADN… clasificarlas es nefasto porque los seres humanos pierden su dinamismo, yo creo en la maravillosa experiencia donde cada ser humano es único e irrepetible, esa es una maravilla de Dios…
Ya lo he dicho aquí en Portaluz, no estoy de acuerdo que a las personas se les mida como si fuéramos frutas seleccionadas para la exportación; las buenas frutas se exportan y las de mala calidad se deprecian. Nuestra sociedad ha tenido la osadía de segmentar, clasificar y rotular a los seres humanos creando con ello enormes abismos de desigualdad y miseria material y espiritual. En la Iglesia algunos cristianos han olvidado lo que nos enseñó Jesús: “Todo lo que le hacemos a uno de sus hermanos más pequeños se lo hacemos a EL” (Mt. 25).
Dios me ha sanado, me sacó de lo hondo de la fosa, de las tinieblas del fondo, “me puso corona y vestido real”. Yo fui evaluado en un momento de mi vida y los resultados de esa evaluación quedaron muy lejos de lo que El Señor ha hecho conmigo. ¡Bendito sea Dios, alabado sea Jesucristo y el Espíritu Santo Creador quien renueva todas las cosas!