"Se trata de refrenar las pasiones"

"El ayuno lo hemos reducido a no comer carne, pero nos comemos al hermano o no ayunamos del «Face»"

18 de marzo de 2016

El ayuno -práctica enseñada por Jesús-, sin oración y obras de misericordia no sirve para nada, enseña desde Ciudad Juárez (México) el experto en liturgia, párroco de San José de Lomas, padre Marcelino Delfín Del Pozo.

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El padre Marcelino llegó hace cuatro años a la diócesis de Juárez (México), prestado por la de Tabasco. Ha cumplido ya veinte años de ministerio sacerdotal… y conversó con Presencia Digital sobre la benéfica práctica del ayuno, que recomienda no sólo para Cuaresma y en particular el día de Viernes Santo, sino como regular en la vida de todo creyente que busca tomarse en serio su fe. Pero no sólo de ayuno vive la fe…


¿Por qué debemos ayunar en Cuaresma?
La Iglesia propone un proyecto en este tiempo de Cuaresma: el ayuno, la oración y la caridad que, unidos de la mano, se resaltan especialmente en Cuaresma para purificarnos de los vicios, las esclavitudes, y así liberarnos de aquello en lo que nos hemos anclado. Reducir (este proyecto) al ayuno es reducir la riqueza espiritual que la Iglesia nos propone. Cuaresma es un tiempo especial de reflexión. El ayuno necesariamente tiene que ir acompañado de la oración, si no, no tiene sentido, caeríamos en una vanidad humana, en un orgullo humano. El prefacio cuarto de cuaresma nos dice: con el ayuno corporal refrendas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas. Es decir, el ayuno acompañado con la oración nos hace meditar en qué nos hemos esclavizado, en qué hemos puesto nuestras pasiones: en el comer, en el carácter, en el sexo…cómo hemos desordenado la vida. El ayuno es tener dominio de aquellas inclinaciones que nosotros tenemos hacia las cosas desmesuradamente. No somos moderados, por eso el ayuno es entrar en meditación, en la oración, respaldados con la Palabra de Dios para reflexionar qué necesito, en qué necesito crecer, en qué necesito madurar, a qué gustos o preferencias debo renunciar para ayunar de ello, fortalecer el espíritu y manifestarlo en la caridad.
 
¿Considera que se ha relajado la normativa sobre el ayuno?
La Iglesia sigue recomendando que se ayune al menos el miércoles de ceniza y el Viernes Santo. No se ha relajado, los cristianos lo hemos tomado a nuestro modo de ver, de pensar, influenciados por la filosofía del relativismo: yo soy la medida, yo soy el que quiero, yo soy el que deseo, pero el principio sigue siendo igual. El modelo a seguir de ayuno y oración es Cristo, como meditábamos el primer domingo de Cuaresma, Cristo va al desierto, ayuna durante cuarenta días, está en ayuno y oración. El ayuno y la oración nos hacen vencer las tentaciones. Sigue siendo latente la enseñanza de la Iglesia basada en la enseñanza de Cristo.
 
¿Cómo debe ser el ayuno en la Cuaresma y cómo se diferencia de un ayuno en otra época del año?
Lo importante en la práctica del ayuno es darle su sentido verdadero. Por una parte, someter la voluntad para fortalecer la vida con virtudes como la templanza, la voluntad, la humildad, y favorecer los ejercicios de caridad pues todos los sacrificios que se hacen deben apuntar a un bien y al servicio del prójimo como dijo el Papa Francisco en la Misericordiae Vultus, sin excluir a nadie, el bien se hace a todos. El ayuno parte de ese aspecto espiritual: fortalecer la vida espiritual y las virtudes. Todos los viernes del año se nos recomienda la abstinencia. A nivel espiritual se nos recomienda que ayunemos durante el año, pero específicamente en la Cuaresma hay que intensificar porque nos preparamos para la Pascua. Más que una diferencia se acentúa porque la Cuaresma es un tiempo fuerte, intenso, donde debemos darle más importancia a los tres aspectos que ya mencionaba: el ayuno, la oración y la caridad. Es para hacer un alto en la vida y reflexionar cómo hemos vivido estos aspectos a lo largo del año. Los directores espirituales recomiendan a sus dirigidos que durante la semana ayunen una vez para tener un dominio de esas pasiones que ya mencionaba.
 
¿Cómo nació el precepto del ayuno de la carne?
Más que nacer un precepto, el ayuno de la carne está basado en la Escritura. Podemos ayunar de la carne, de la televisión, del chisme…es algo mucho más  amplio, aunque a muchos nos gusta la carne. El ayuno lo hemos reducido a no comer carne pero nos comemos al hermano, maltratamos a nuestros seres queridos, o no ayunamos del “face”, nos mantenemos horas en el “face”, y se trata de refrenar las pasiones.

Ojalá que esto nos ayude a todos los cristianos a vivir con alegría la resurrección del Señor, que resucitemos con Cristo, pasar del hombre viejo al hombre nuevo, pasar de la esclavitud a la libertad de los hijos de Dios. Con ese sentido el ayuno tiene su plenitud y su significado más próximo: Resucitar con Cristo.

 
Tipos de ayuno
  • Completo. No se ingiere más que agua
  • Completo. Sólo se ingiere pan y agua o líquidos.
  • En la mañana pan y agua, café o leche. A mediodía una comida sobria y en la noche como en la mañana.
Ancianos, niños, personas enfermas,embarazadas o por prescripción médica, están eximidos de realizarlo.

 

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