Fue para exorcizar la violencia demoníaca de narcos y el aborto -según informaron ACI Prensa y el portal Ver y Creer-, que obispos de México se reunieron a puertas cerradas el 20 de mayo recién pasado, en la Catedral de San Luis Potosí (México).
Al ser difundida la noticia por el periodista Roberto O’Farrill en el portal Ver y Creer, y ratificada luego en ACI prensa por el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jesús Carlos Cabrero, se produjo un impacto mediático.
El ritual Exorcismo Magno se atribuye a San Francisco de Asís. Pero en la versión moderna aplicada para liberar y sanar a México es obra del P. José Antonio Fortea y está plasmado en su libro “El Exorcismo Magno”, publicado en 2014, con distribución gratuita. Pero, ¿qué sucede en una nación de profundas raíces cristianas como México para estar a merced de los demonios? ¿Era necesario y efectivo este Exorcismo Magno? Es el propio padre Fortea quien ha respondido en ACI Prensa sobre estas y otras interrogantes.
¿El de San Luis Potosí es el primero que se realiza en México? ¿Se ha realizado algún otro antes?
El exorcismo realizado en San Luís Potosí es el primero que se ha realizado en México en el que exorcistas venidos de distintos lugares de la nación se reúnen para exorcizar a los poderes de las tinieblas no de una persona, sino de todo un país. De este modo ritual, bello, lleno de ceremonias, nunca antes había tenido lugar en ninguna parte del mundo. Si bien, de un modo privado sí que lo habían hecho santos como San Francisco en el caso de la ciudad italiana de Arezzo.
¿Cuál es el efecto de este Exorcismo? ¿Se tienen que realizar varios? ¿Qué cabe esperar después del de México?
Sería un error pensar que por realizar un gran exorcismo a toda la nación, ya automáticamente todo cambiará. El pecado tiene muchas causas, no sólo el demonio. Pero si con el poder recibido de Cristo alejamos a los demonios de una nación, ciertamente eso repercutirá positivamente, puesto que hacemos que se marchen una gran cantidad de tentadores.
Si bien ese alejamiento es parcial. Con una sola ceremonia no expulsamos a todos los malos espíritus de un país. Pero aunque no se marchen todos, los que han sido alejados ya no están.
En los exorcismos "regulares" hay una interacción directa con demonios, ¿En este caso es similar? ¿Los demonios podrían manifestarse en un ritual así?
Un exorcismo sobre los demonios de una nación realizado por los exorcistas de ese país tiene que ser hecho en fe. No se va a ver nada, no se va a sentir nada, no tiene por qué suceder ningún fenómeno extraordinario. Tenemos que tener fe en que Dios entregó un poder a los Apóstoles y que podemos usar ese poder. De todas maneras, si este ritual se realizase en más países una vez al año, antes o después, sí que acabaría sucediendo algún hecho extraordinario que nos mostraría la rabia del demonio. Porque, sin duda, a los demonios no les gusta que se les expulse de un lugar o que se les ate con el poder de Cristo.
¿Un país puede quedar infestado por demonios? ¿A qué se puede deber algo así?
En la medida en que en un país aumenta desmedidamente el pecado, en esa medida la acción tentadora de los demonios resulta más fácil. En la medida en que en una nación se realicen más actos de brujería y más satanismo, en esa misma medida van a suceder más hechos extraordinarios provenientes de esos poderes de las tinieblas.
¿Sería recomendable que otras diócesis mexicanas o de otras partes del mundo realizaran una ceremonia como esta?
Sería muy de desear que cuando hay una reunión anual de exorcistas de una nación, realizaran un ritual como éste del exorcismo magno. Pero un obispo también puede autorizar que se realice con sus sacerdotes en su catedral una vez al año. El obispo es el pastor y él puede usar el poder recibido para alejar a los lobos invisibles de las ovejas, pues Satanás como león rugiente ronda buscando a quien devorar, y los pastores pueden alejar al depredador de la víctima.